El azul de la distancia
A veces una vieja fotografía, un viejo amigo, una vieja carta te recuerdan que ya no eres la persona que fuiste alguna vez, pues la persona que vivió entre esa gente, que apreciaba esto, que eligió aquello, que escribía de esa forma, ya no existe. Sin darte cuenta, has recorrido una enorme distancia; lo extraño se ha vuelto familiar y lo familiar, si no extraño, al menos sí incómodo o inadecuado, una prenda de ropa que ya no te entra. Y hay personas que viajan mucho más que otras. Hay quienes reciben de nacimiento una identidad que les resulta suficiente, o que al menos no cuestionan, y hay quienes emprenden el camino de la reinvención, por supervivencia o por placer, y viajan muy lejos. Algunas personas heredan valores y costumbres que son como una casa en la que habitan; algunos tenemos que prender fuego a esa casa, encontrar nuestro suelo, empezar a construir desde cero, pasar por una especie de metamorfosis psicológica. Cuando la metamorfosis es cultural, la transición es mucho m