LA VIDA NORMAL, de Clara Muschietti

 
Esperé toda la mañana a que se durmiera para hacer algo. Debatí mentalmente si era mejor bañarse y almorzar tranquila o aprovechar para leer. Se durmió en mis brazos. Su olor subía a mi nariz, me quedé inhalando profundamente hasta que su llanto me sacó del trance.
 
 
 
Desde antes de que naciera lavo su ropa con un jabón líquido para bebés. Tiene un aroma suave. Ya sé con qué voy a lavar mi ropa cuando mi hijo sea grande. Cuando vuelve un olor, vuelve todo.



No era amiga del vecino. Nunca hablamos de cosas privadas. Ni siquiera sabíamos nuestros apellidos. Se fue a vivir con la novia y puso su departamento en alquiler. Al principio pensé que estaba bajo los efectos del puerperio o que esa angustia tenía otro origen. Una vida buscando el origen de la angustia. Ahora lo entiendo. Era un vecino muy amable y atento. Cuando era más joven me parecía atractiva la gente mal educada. A la amabilidad se la valora con los años.



La secretaria te pregunta si anota la fecha del nuevo turno en un papel o si te vas a acordar. Ya sabés que no vas a volver, pero le pedís que te lo anote. Le agradecés, le sonreís. En el ascensor apretás el papel, caminás un par de cuadras, sentís cómo se moja con la transpiración.



El doctor más recomendado te dice tres veces que sos muy joven para esto. Después agrega que de esto no se muere nadie, pero que es muy doloroso y que jamás vas a curarte. No conforme, te da una palmada que acompaña con dos palabras: una pena.



No, ya sé que de esto no se muere nadie. Pero para que me entiendas, es como si estuvieras corriendo por el pasto y de golpe te pusieran una mochila llena de piedras y te dijeran: ah, no sé cómo se saca, corré con eso.



Un día aprendés a nadar y nadás y nadás y nadás. Cruzás toda el agua y te quedás en esa costa porque ahí parece que todos hacen más o menos las cosas como vos. Hasta que crece la marea y todos hacemos el mismo gesto inútil.



En la receta escribió una indicación: vida normal.



La vida normal
Clara Muschietti. Ediciones Overol, Santiago de Chile.

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