LOS TRABAJOS
Los trabajos A Hebe Uhart Aunque toda la tanda salió del lavarropas con pedacitos de papel adheridos, porque me olvidé de revisar bolsillos y alguna carilina habrá quedado escondida por ahí, fue una mañana hermosa. Es una mañana hermosa, convertida en mediodía, de domingo muy gris, en silencio. Sin varones, sin hijos. Tan gris que parece un escenario para que yo, que tengo 37 años y soy madre, piense en mi madre a través de los años, en el trabajo mudo que hizo todos los días y que a ella nunca le pareció digno de un solo comentario. Terminé de leer un libro donde una chica mira cuadros y escribe; a veces ni siquiera mira los cuadros: los recuerda. Hace un rato en el patio colgaba la ropa con cuidado, sacudiéndola fuerte para sacar los papelitos, y pensaba en los tantos retratos de lavanderas hechos por varones. Yo estoy adentro de un retrato de