VECINAS Las dos fuimos hacia la ventana al levantarnos. Esa mata de árboles y verdes enredados de donde salen chillidos y aleteos que separa su ventana de la mía es un alivio a cualquier hora. Las dos fuimos hacia la ventana pero ella fue casi desnuda. Los árboles, las lianas, las aves en el medio; y más allá su cuerpo blanco (tetas grandes, caídas, y panza señorial) fue también un alivio. FÁBULA DEL GRAN DANÉS Yo dije por decir: me gustaría tener un gran danés, porque en la calle qué regios quedaríamos. Él a mi lado, un novio principesco, y yo despreocupada, conversándole. Y se me respondió: qué estupidez, qué proyecto imposible. ¿Quién puede mantener un gran danés? Es grande, caro, tonto, blablablá. Alguien que así se expresa, pensé yo, no te conviene. No sabe interpretar tus devaneos. Baja el puño sobre la fantasía salvadora. Alejate de él. Y me alejé. SALIMOS DEL CAFÉ Salimos del café, cayó la lluvia. Bien fuerte y bien encima. Desplegué mi parag...