Poemas de Federico Galuppo
Era cuestión de cortar dos de tus flores
ponerlas en un vasito de plástico
con agua por la mitad
para sentir que
mi casa es el pecho
de
un
nadador
La señora del Kiosco dice amor a mí y a todos.
Amor, ¿no tenés cambio?
amor, sólo queda de manzana verde.
Su dulzura traspasa la monotonía del barrio.
Cuando estoy medio bajón, cruzo a comprar alguna excusa,
entonces ella dice amor
y mi sonrisa es un caramelo.
Después, vuelvo a casa silbando canciones que me gustan
y disfrutando este lazo invisible
que nos regala la oferta y la demanda.
Hace dos días que no paramos de vernos. Amo esta intensidad transparente.
No está mal apurarse cuando las flores del jacarandá son tan violetas.
Dentro de un ratito te voy a agarrar la mano izquierda suavemente
como si fuésemos a rezar a escondidas.
Pido que te hagas la desentendida y sigas caminando colgada.
Si me río es por puro nerviosismo
si querés podes apretarme un poco
no mucho
sería un hermoso código de convivencia.
*
Hace dos días que no paramos de vernos. Amo esta intensidad transparente.
No está mal apurarse cuando las flores del jacarandá son tan violetas.
Dentro de un ratito te voy a agarrar la mano izquierda suavemente
como si fuésemos a rezar a escondidas.
Pido que te hagas la desentendida y sigas caminando colgada.
Si me río es por puro nerviosismo
si querés podes apretarme un poco
no mucho
sería un hermoso código de convivencia.
Federico Galuppo
(2016) Rosita. Rosario: el autor. Publicado por Corteza Ediciones (Santo Tomé).
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