Poemas de Federico Galuppo
Era cuestión de cortar dos de tus flores ponerlas en un vasito de plástico con agua por la mitad para sentir que mi casa es el pecho de un nadador La señora del Kiosco dice amor a mí y a todos. Amor, ¿no tenés cambio? amor, sólo queda de manzana verde. Su dulzura traspasa la monotonía del barrio. Cuando estoy medio bajón, cruzo a comprar alguna excusa, entonces ella dice amor y mi sonrisa es un caramelo. Después, vuelvo a casa silbando canciones que me gustan y disfrutando este lazo invisible que nos regala la oferta y la demanda. * Hace dos días que no paramos de vernos. Amo esta intensidad transparente. No está mal apurarse cuando las flores del jacarandá son tan violetas. Dentro de un ratito te voy a agarrar la mano izquierda suavemente como si fuésemos a rezar a escondidas. Pido que te hagas la desentendida y sigas caminando colgada. Si me río es por puro nerviosismo si querés...