Un poema de Andrea Gibson


Nunca voy a esperar
esos veinte minutos extra
para devolverte el mensaje,
y nunca me voy a hacer la difícil
cuando sé que tu vida
ya ha sido lo suficientemente dura.
Cuando todos sabemos que la vida
de todo el mundo
ya ha sido lo suficientemente dura
cuesta ver el juego
que hacemos del amor,
como si todo el mundo
estuviera jugando a las damas
con sus cicatrices,
diciendo jaque mate
cada vez que salen
sin un corazón roto.
Para que quede claro
no quiero salir
sin el corazón roto.
Pretendo dejar esta vida
tan destrozada
que tendrá que haber
mil cielos distintos
para todas mis partes voladoras.
 
Andrea Gibson
Traducción de Fabiana Fondevila

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