Poemas de Linda Pastan
en las sombras: para Mark Strand
es
un asunto
de luz
nos alzamos en la oscuridad
hundimos
en la oscuridad
cuando atardece
recordamos
cosas casi olvidadas
bajo la luz de las estrellas
sospechamos
lo que casi supimos
hay verdad en las sombras
se mueve como el agua
tironeada por la luna
recién cuando se astilla
la oscuridad
con el golpe violento del sol
abrimos los ojos
al fin
para soñar
Autorretrato a los 44
Qué amigables
se han vuelto mis fracasos,
qué poco exigentes.
Se arrastran sillas por el cuarto
para sentarse al lado mío
como parientes casi,
y de hecho con el tiempo
hemos llegado a parecernos.
Hay uno al que le gusta
echar más leña al fuego
y aunque está húmeda
y tira un humo horrible
me da calor por un ratito,
y ebria de sueño
a veces me quedo dormida
ahí sentada.
Calificaciones
Mi marido me pone un diez
por la cena de ayer,
un incompleto en sus camisas,
un nueve en la cama.
Mi hijo dice que soy promedio,
una madre promedio, pero que
puedo mejorar, quizás,
si me esfuerzo.
Para mi hija lo importante
es no desaprobar y dice
que aprobé. Pero ni se imaginan
que estoy por dejar.
Historia breve del pensamiento judío
en el siglo XX
Dijeron los rabinos:
por más que está prohibido
tocar a alguien que muere,
de todos modos, si la casa
se incendia
hay que sacarlo
de esa casa.
¡Qué barbaridad!,
digo yo,
¿a quién voy a tocar entonces,
no nos estamos todos
muriendo?
Me sonreís
esa sonrisa tuya de negociador
y preguntás:
¿y no se nos está quemando
la casa a todos?
Final
Estudié
tanto
para mi vida
que esta mañana al despertarme
en ella como por primera vez
ya hay alguien que se acerca
por el pasillo
juntando los exámenes.
Y claro,
todos los casilleros relevantes
están completos
de hijos perdidos
y encontrados y vueltos a perder,
de platos preparados
y comidos
y vueltos a guardar.
Solo una página
sigue vacía:
es la más difícil.
Los espacios son blancos
como pasillos de hospital
y cada signo de pregunta
tiene forma
de horca.
Pues me acusaron
de hacer trampa, de escribir
siempre la misma línea
una y otra vez,
y un día mientras me peinaba
saltaron chispas
y quemé más
de lo que quise.
Ya es hora de
levantarse de la silla,
garabatear excusas
en los márgenes. Hice lo que pude
pero hubo obstáculos:
una baja tolerancia al dolor,
tantas, tantas palabras que no supe
cómo elegirlas.
Estudié
tanto
para mi vida,
y todo el tiempo
el día me estuvo esperando
estacionado bajo la ventana,
con la rueda del sol
apoyada contra el cordón.
¿Será posible que toda esta luz
sea nada más
para poder leer?
Abro la cortina
y me asomo a mirar,
justo cuando se acaba
la prueba.
Anciana
Cuando oscurece
me visitan mis penas
una por una.
Me cuentan lo que preferí olvidar.
Se me posan sobre los hombros
como palomas lúgubres.
Son del color
de la luz que huye.
Durante el día
vuelven
disfrazadas.
La amnesia cálida del sol
me hace de mecedora.
Cuando mis penas cantan para mí
con la voz clara del zorzal
yo respondo cantando.
Genetista
"Pensé que eras tu padre"
te dijeron,
luego de verte por primera vez
el resplandor de rulos en los hombros
que heredan los primogénitos
como aprendiste, sin embargo,
recién con tus hijos.
Contaste que solías esconderte
en un santuario a oscuras
entre zapatos de mujer
de la ira ebria de tu padre.
Le diste un sorbo al whisky.
Ahora investigás el alfabeto
de los genes, estudiás sus silencios,
el delicado interruptor
que los prende y apaga
como las lucecitas de un teléfono de hotel
que avisan: te dejaron un mensaje.
Y el mensaje atraviesa intacto
generaciones: una carta
que tuvo que esperar
en un cuartucho polvoriento
por fin llega a destino.
¿No la vas a abrir?
Linda Pastan
Las cinco etapas del duelo.
Traducción de Renata Prati.
Rosario, Editorial Serapis, 2024.
<3
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