Cartas a un joven bailarín 7 (última)

 
Carta 7 (carta final)
 
Comprender.
 
Un gran edificio está conformado por una centena de departamentos, ningún departamento por sí solo puede comprender al edificio.
 
Los humanos quieren "comprender" a Dios, pero lo GRANDE permanece incomprensible para lo pequeño.
 
Únicamente el amor permite a lo pequeño elevarse durante breves momentos al nivel de lo incomprensible, que sin embargo nos es tan cercano.
 
La plegaria cristiana nos dice: "Padre nuestro que estás en los cielos...". Prefiero el Corán que declara: "Está más cerca de ti que tu vena yugular". Está allí, no hay nada que comprender, nada que poseer, nada que esperar, y sobre todo nada de vida futura. Asir el presente, presente, presente... Cuando bailas, totalmente, está allí, el único, el múltiple.

"Sólo podría creer en un solo dios que sabe bailar".
 
UNO
 
Las religiones que se dicen politeístas multiplican al infinito las manifestaciones de la divinidad, está el dios del fuego, el dios del trueno, la diosa de la primavera, el dios del vino, el de la luz, etc. Toda clasificación, en efecto, ayuda a los profesores y a las amas de casa a poner lo que ellos llaman orden en las fuerzas que los superan y buscan una divinidad a escala humana, que seguramente no existe, al menos de la manera en la que nosotros podemos concebirla.
 
Lo mismo ocurre en la danza, donde cada día los "especialistas" encuentran una nueva terminología para definir tal o cual forma de movimiento y crear una capilla, una secta, una exclusión.

La danza es UNA Y EN MOVIMIENTO.

Todo descubrimiento implica otro, sin abolir lo anterior, que no está demodé, un paso dado y no abolido, necesario a una evolución constante de un arte que es el de lo efímero, de la renovación, de lo frágil, de lo profundo, ya que es el arte del instante y sólo el instante existe. Pero basado en el conocimiento íntimo de este instrumento que no terminamos de descubrir, de analizar: el cuerpo humano o el espíritu de manifiesto.
 
Las clasificaciones en danza crearon una suerte de racismo y Dios sabe que el racismo, teoría absurda, impide siempre una visión, una evolución verdadera.
 
Las grandes épocas artísticas surgen de un mestizaje entre un pasado reencontrado y un nuevo horizonte descubierto, entre un país descubierto y un pasado reactualizado, entre culturas y técnicas en apariencia antagónicas pero en realidad complementarias:
 
Nacimiento
Renacimiento
 
Soy contemporáneo, post-africano, pseudo-clásico, mínimo-japonizante, moderno-argentino, folklórico-retro e indo-pequeñopapista...
 
Viva la danza.
 
Y ahora, debo confesarte que no estoy seguro de ser coreógrafo... ni siquiera estoy seguro de no serlo, ya que me resulta imposible imaginar el menor movimiento de danza sin saber quién va a ejecutarlo. Es el intérprete quien, con su cuerpo, su psicología, su potencia emotiva, viene a suscitar, excitar mi imaginación y a arrojarme en ese movimiento que, contrariando las apariencias, procede de su genio y no de mi creatividad.

No sé qué es un "arabesco". Nunca vi uno, pero vi a la Señora X y al Señor Y ejecutar esa forma que los bailarines llaman "arabesco".

Me gustan los intérpretes con locura y, cuanto más profundo es este amor, mejores chances tiene el resultado de ser un éxito. Fracasé en varios ballets, pero ¡no creo haber fracasado con una bailarina o un bailarín!

Tú... sé el "artesano furioso" que canta René Char.

¡Lucha, trabaja, y toma vuelo!

¡Salve!

"Aquel que enseñe a volar a los hombres del porvenir habrá superado todos los límites; para él, los límites mismos tomarán vuelo en el aire, bautizará nuevamente a la Tierra, la llamará 'la ligera'".

NIETZSCHE

Maurice Béjart
Cartas a un joven bailarín
Buenos Aires, 2005, Libros del Zorzal

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