Sabe reír. En medio del dolor se ríe y juega. En medio del dolor, habla claro, cuenta que todo es simple y claro: un cuerpo, un mueble, las personas que miran, hacen, juegan; asusta su buen humor para todo, su fastidio por la ambigüedad. Sabe reír: "Nunca hubo ninguna cosa buena (el sol, la gente) que no estuviese compensada con el dolor, y al revés por qué no al revés", dice. Irene Gruss para Hebe Uhart