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Mostrando entradas de enero, 2022

FLORES PARA NO REGAR

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  En la memoria, la luz aparece de a ratos.   De a ratos, todavía, tiembla un pájaro dormido entre tu gesto y mi pecho.   - Así no se puede soñar -dice la parte lúcida del cuerpo que me queda. Entonces, con cuidado, mis manos agarran la angustia, la tristeza, el poco amor, el miedo, la furia, las palabras que sirven para decir: me rindo, y ponen todo en la parte baja de la ventana entre los cactus y otras flores para no regar.   Del amor recuerdo su belleza y el peligro de extinción, igual que un ciervo que come geranios bajo el cielo azul del mediodía.   Haz un pozo en la nieve. Con la punta del zapato, haz un pozo en la nieve. Hunde con fuerza el pie. Siente la forma en que la nieve cede frente al peso firme de tu cuerpo. Quita el zapato del pozo. Sacúdete la nieve del pantalón frío. Mira el pozo. Mira la nieve que rodea el pozo. Mira el pozo. Algo de pasto vive en el fondo. Mira el pozo. Podrías poner ahí tu corazón, dormirlo como un pájaro en un nido blanco. Dormir tu corazón en u

POEMA DE AMOR

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Laura Wittner Traducción de la ruta (Gog & Magog, 2020)

SIN QUE ME DIERA CUENTA YO

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  ANOCHECER DE UN DÍA AGITADO Señor, a ese chico lo querían hacer bolsa. Si vieras, estaba ahí, perfecto, para que le patearan la cabeza y el corazón. Los otros chicos alcahuetes, los tíos y las tías, las maestras, el cura, las canciones, de moda, el vecino de al lado, los albañiles... Hasta que vos en tu infinita misericordia, dijiste que se haga la luz, y se hizo Santiago. Alto y flaco como un palo de escoba, ojitos de gato huraño (malo y huraño cuando hacía falta) pero bueno y alegre conmigo. Me dijo un día -No le hagas caso a esos idiotas y mucho menos a tu papá, el más idiota de todos, cabeza de cascote, zángano. Lo dijo y me reí. Y al reír, yo no sé qué pasó, pero en el acto, con su vocecita desintegradora se esfumó la tristeza. La tarde era cálida, las nubes daban vueltas carnero allá en el cielo, los árboles me protegían. Como si de Tu mano, Señor, hubiera recibido esos dones contradictorios: el amor de Santiago y el odio del mundo. Aunque odio, lo que se dice odio, no era, y s