RETRATO DE MUJER

Tiene que ser para elegir.
Cambiar para que no cambie nada.
Es fácil, imposible, difícil, vale el intento.
Sus ojos son, si cabe, a veces grises, a veces azules,
negros, alegres, sin causa llenos de lágrimas.
Se acuesta con él como una cualquiera, la única en el mundo.
Le dará cuatro hijos, ningún hijo, uno.
Ingenua, pero la que mejor aconseja.
Débil, pero podrá con el peso.
No tiene cabeza, pero la tendrá.
Lee a Jaspers y revistas femeninas.
No sabe para qué es ese tornillo y construye un puente.
Joven, como siempre joven, todavía joven.
Sostiene entre sus manos un gorrión con el ala rota,
su propio dinero para un viaje largo y ajeno,
un cuchillo, una compresa y un vaso de vodka.
¿A dónde corre? ¿No está cansada?
Claro que no, sólo un poco, mucho, no importa.
O lo ama o está encaprichada.
Por lo bueno, por lo malo y por el amor de Dios.

Wislawa Szymborska

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